Donde la visión se encuentra con la ejecución.

Las empresas son el motor económico de un país. Impulsando su desarrollo se genera mayor riqueza y bienestar que mejora la calidad de vida de las personas y de la sociedad. Es una idea simple y poderosa pero su ejecución es muy compleja. Es por ello que nos sumamos a este esfuerzo y acompañamos a nuestros clientes en diferentes etapas de su ciclo de vida, desde la planificación y visión del negocio, hasta su ejecución y operación. Como consultoría de negocios, estamos convencidos en que si ayudamos a las empresas a ser más competitivas, más eficientes y más productivas, lograremos impactar la vida de sus accionistas, dueños, empleados y proveedores y por lo tanto, impactar también en nuestra sociedad.

Todo empieza con una idea, una visión y un plan. Los procesos de Planificación Estratégica permiten definir exactamente el rumbo a seguir y los recursos que se necesitan para lograr los objetivos. Una vez definidas todas las actividades que deben realizarse, es necesario comunicarlas, ejecutarlas,  medirlas, controlarlas y mejorarlas. Durante el camino, habrá muchos obstáculos, ¿qué se debe hacer para superarlos? ¿Cómo se puede asegurar que toda la organización trabaja para lograr el mismo objetivo?  ¿Cómo se puede mantener a la gente motivada para llegar al destino?  La Planificación Estratégica es una herramienta muy poderosa que responde a todas estas preguntas y establece mecanismos que aumentan significativamente el logro de los resultados esperados.

Una vez definida la visión,  el rumbo y los recursos necesarios para la ejecución de la estrategia, se debe poner el plan en marcha. Como integradores de soluciones, sabemos que es la tecnología quien debe soportar las iniciativas de negocio y no el negocio quien debe adaptarse a la tecnología. Actualmente, existe un sinnúmero de soluciones  que prometen grandes beneficios - y que sin duda los dan - pero antes de realizar cualquier implantación es necesario asegurar que los objetivos se encuentran perfectamente bien alineados con el negocio y que la tecnología será la herramienta adecuada para lograrlos, inclusive, acelerarlos. Esta definición es clave, ya que en muchas ocasiones, los sistemas acompañarán a las empresas durante muchos años y sustituirlos puede resultar muy doloroso.